En una nota anterior se dio a conocer que el fenómeno inflacionario que esta comenzado a escalar a nivel global, tenía sus raíces en los altos costos, acicateados por la pandemia, del transporte marítimo y de las materias primas, incrementando los precios de las importaciones y de los precios del consumo respecto a 2020. Ambos factores combinados se suman a las críticas consecuencias que ha generado el colapso de la cadena de suministro, agobiando a las grandes economías del mundo como la de China, EE.UU. y también a América Latina, a través de la escasez de insumos y productos, lo que a su vez, en una vuelta en espiral, refuerza el fenómeno inflacionario.
Quizá el mejor ejemplo del impacto del aumento del costo de las materias primas en la es economías es el caso del incremento del valor del carbón que ha derivado en los cortes energéticos que han afectado a 20 provincias de China. Este aumento del costo ha llevado a las empresas de energía ha disminuir su productividad afectando a la gigantesca industria fabril china, menguando la producción desde papel, alimentos, textiles y juguetes, hasta chips para los iPhones.
En EE.UU. el problema radica fundamentalmente en un aumento del gasto de los consumidores a tal nivel que ha desbordado a la cadena de suministro provocando la interminable congestión en los puertos de Los Ángeles y Long Beach y el colapso del transporte de carga ferroviario, carretero y de los centros de almacenaje en el interior, generando escasez en inventarios de productos básicos como papel higiénico, agua embotellada, ropa e, incluso, la comida para mascotas.
En materia de exportación es especialmente preocupante la caída de los futuros del algodón, la mayor en cuatro meses, debido a la caída de las compras por parte de China, el principal comprador del producto. Lo que ha despertado el temor, presente también en el resto de las materias primas, de que la inflación pueda enfriar el crecimiento económico y frenar la demanda. De hecho, este escenario comenzó a hacerse real la semana anterior, cuando el cobre, el aluminio y el níquel borraron las ganancias iniciales para reanudar su caída, también debido a la crisis energética que atraviesan China y Europa, debido a los costos récord del carbón y el gas, lo que las obliga a disminuir su demanda.