Desde exportadores hasta transportistas terrestres, pasando por operadores de puertos fluviales a abogados especializados en temas aduaneros, todos aportaron su punto de vista acerca de cuáles son los desafíos que tiene nuestro país.
En general todos coinciden en que el principal problema que nos acosa es la incertidumbre y ésta no es sólo la que proviene de hechos fortuitos que afectan a todos los países, como los conocidos inconvenientes producidos por la escasez de contenedores y los fuertes incrementos en los fletes marítimos por la pandemia o la generalizada inflación de casi todas las monedas importantes del mundo. Se refieren principalmente a las decisiones de nuestros propios gobiernos, quienes no logran fijar un rumbo claro y establecer lo que normalmente se llama ?políticas de Estado?.
Sin querer entrar en temas políticos, podríamos agrupar los desafíos de la siguiente manera.
Facilitar procesos: aún hay mucho por hacer. En toda la cadena logística hay oportunidades de generar mejoras ya sea normativas como tecnológicas. Por ejemplo, para operar en distintos depósitos fiscales hay distintos horarios y procedimientos operativos y administrativos. Lo mismo sucede con el ingreso a las terminales portuarias de Buenos Aires. Se sabe que esto será abordado y resuelto por las iniciativas actualmente en desarrollo de la Ventanilla Única Marítima Argentina (VUMA) pero existen soluciones privadas basadas en blockchain, incluso ya adoptadas por algunos exportadores junto con Senasa que ayudarían a ordenar la comunicación y, sobre todo, a evitar costos innecesarios.
Infraestructura: hay grandes temas en gestión, como la Hidrovía o la conclusión de obras viales sobre la Ruta 7 en el paso a Chile. Aunque en este último lugar se debería estudiar la solución a problemas operativos para evitar protestas recurrentes y con mucha razón por parte de camioneros. También se podría analizar la explotación de nuevos pasos como el puente Las Palmas Ñeembucú en la Provincia de Chaco, para contenedores que van y vienen desde Paraguay.
Normativa: por lo que se advierte, se seguirá con múltiples tipos de cambio y fuertes y cambiantes regulaciones desde el BCRA. Esto tiene su implicancia desde AFIP ya que seguramente se seguirán reforzando normas relacionadas al valor referencial de los bienes. Otro tema que seguirá, como durante los últimos 30 años, es la utilización de medidas anti-dumping, con su dudosa efectividad para el consumidor final. Tampoco se vislumbran cambios en la administración del comercio a través de las LNA, con lo cual habrá que arrancar el año preparando las ?Proyecciones Comex? a fin de dar cumplimiento con ese requisito mínimo para obtener su aprobación.
Dicen que para resolver un problema primero hay que estar consciente de éste. Hoy exportar es un fastidio y así difícilmente seremos el ?supermercado del mundo?.
En septiembre de 2004, Fecacera, entidad que nuclea a las cámaras de comercio, presentó un plan a largo plazo para el sector, basado en regulaciones simples y descentralizadas. Entre ellas, que el sector privado participe activamente junto con el público de las negociaciones internacionales; reducir aranceles de importación (aún no existían las DJAI) y la eliminación de derechos a exportación; la plena libertad cambiaria y un único cuerpo legal para el sector.
Una clara muestra de que en casi 20 años no hemos podido formular una política de estado en temas estratégicos como nuestro comercio exterior.