Medidas y estrategias para superar la contingencia.
La cadena logística contenerizada no alcanza a salir de una disrupción y entra en otra. Actualmente, el conflicto entre Rusia y Ucrania suma a un escenario global de altas tarifas de fletes, que tienen a los expedidores pagando pequeñas -y no tan pequeñas- fortunas para transportar sus bienes por el globo. Estos valores históricamente altos, entre 4 y 5 veces los promedios pre-pandemia, no pueden combatirse de manera alguna, por lo que son otras las acciones que deben tomarse en un contexto mundial donde la demanda de productos no cesa y la congestión portuaria en las costas del planeta puede confirmarlo. A esta situación se suman –o restan—los contenedores vacíos que quedan ‘varados’ en puertos desde donde la demanda de importación es mayor que la de exportación, que es donde radica la raíz de la escasez de contenedores en el mundo entero.
El futuro puede ser incierto, pero la capacidad de los expedidores de reaccionar y sortear estas dificultades es controlable y conocido: es tiempo de tomar acción.
Contextualizando las proyecciones
Según análisis de McKinsey, al cual Mundo Marítimo accedió de manera exclusiva, sigue siendo virtualmente imposible determinar cuándo la cadena de suministro se vaya a ‘normalizar’. Más que regresar al status quo pre-pandemia, se trataría de encontrar un nuevo equilibrio operativo que cuente con la flexibilidad de adaptación ante eventos disruptivos, permitiendo continuar el funcionamiento sin mayores consecuencias como congestión portuaria, escasez de contenedores, falta de espacios disponibles o increíbles alzas en las tarifas.
La consultora propone cuatro posibles escenarios de ‘normalización’, tomando como base las condiciones disruptivas actuales. Pero, primero, es fundamental entender el contexto actual, impulsado por la continuidad de la demanda de consumo por la recuperación económica y un mayor poder adquisitivo. A eso se suma la capacidad logística, de la mano de un volumen más alto de capacidad oceánica combinada con mayor disponibilidad de equipamiento terrestre, es decir, más capacidad efectiva: conductores, equipos de carga/descarga, camiones, estibadores, bodegas, etc.