Nota comentada por Romina Parquet CEO de CIMC Wetrans Delfin Logistics..
Tal como anticipamos hace 10 días, los temores por una nueva y más amenazante parálisis de las cadenas de suministro se hacen cada vez más evidentes tras la decisión china de extender el confinamiento de manera “indefinida” en Shanghai, en el marco de una polémica política de “Covid cero” que estableció el gobierno popular chino.
Confinamiento
El aislamiento anunciado para la mitad de la ciudad debía levantarse el viernes último, en un cronograma de confinamiento por etapas, mientras se realizaban pruebas masivas en una ciudad de 25 millones de habitantes.
La realidad es que toda la población de Shanghai está en sus hogares y, a pesar de que el gobierno chino anunció que los puertos permanecerían activos, los trabajadores no pueden desplazarse y muchos “duermen y comen” en los mismos puertos.
Comprometidas
“Las rutas y las autopistas permanecen cerradas, y la actividad en los centros de almacenamiento y las fábricas está realmente comprometida, lo que supone una nueva disrupción de proporciones en las cadenas de suministro”, comentó Romina Parquet, CEO en la Argentina del grupo chino CIMC Delfin Group.
Las cargas marítimas se desvían a los puertos de Ningbo, Qingdao y Tianjin. “Es difícil prever cómo evolucionará esta nueva etapa de monitoreo y control de la pandemia. Es probable que la política que afecta a Shanghai se extienda a los otros centros mientras China mantenga su política de “Covid Cero”, explicó la directiva grupo logístico chino.
La situación con la carga marítima se repite con la modalidad aérea: la paralización del aeropuerto de Pudong, en Shanghai, obligó a la cancelación de prácticamente la totalidad de los vuelos.
Impactos previsibles
Así, con el puerto de contenedores más importante del mundo con operaciones restringidas, y con un aeropuerto casi sin operaciones, el comercio internacional se prepara para una nueva ronda de imprevisiones, faltante de bodega y probable escalada de fletes.
El impacto en Occidente, no obstante, comenzaría a percibirse recién en 6 semanas. Pero, con la experiencia de lo sucedido en 2020 con el brote inicial en Wuhan, no es difícil prever qué podría suceder a partir de ahora.
Es decir, primero se frena la producción de manufacturas, lo que desploma la demanda de contenedores y servicios de transporte. Las líneas desvían así los contenedores a otros puertos y suspenden recaladas en los puertos afectados.
Pero cuando China decida levantar el confinamiento, inmediatamente se reactivará la producción y, evidentemente, faltarán equipos: los precios, así volverían a dispararse.
Fuente: https://tradenews.com.ar/